La vacuna contra el Covid-19 ya inició en el mundo y en Chile está por comenzar, pues al menos tres desarrollos prometedores iniciarían este mes sus estudios clínicos en el país, última etapa antes de poder comenzar su fabricación en masa.
Mientras las personas de los seis continentes ya están recibiendo pinchazos en los brazos, los investigadores británicos y chinos ya están probando posibles vacunas fuera de sus fronteras, en países como Brasil y los Emiratos Árabes Unidos, dado que el declive en el número de nuevos contagios en sus propios países les impide obtener respuestas claras.
Las iniciativas impulsadas por la china Sinovac, la belga Janssen y el consorcio anglo-sueco de la Universidad de Oxford y AztraZeneca son los tres desarrollos más avanzados en el globo y que están ultimando sus certificaciones en nuestro país para comenzar con la convocatoria de voluntarios.
En ese sentido, se estima que se requerirán más de 5 mil personas que reciban dosis de la vacuna o de un placebo, para luego hacerles seguimiento y corroborar su eficacia protectora y su bajo riesgo, según reseña la información del portal Soy Chile.
Este proceso “colaborativo” para la producción de una vacuna en Chile está siendo desarrollado por científicos de la Universidad Católica y el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII).
En mayo comenzaron los preparativos y este mes de septiembre se iniciará la prueba en humanos. Los investigadores están trabajando en el protocolo ético para los ensayos, que debe ser aprobado por el Instituto de SaludPública.
Miguel O’Ryan, infectólogo e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas ICBM de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, es parte del equipo que hará el ensayo. Contó que normalmente todo el proceso tarda un año, pero que se puede comenzar a inocular antes a la población.
“Para el estudio de una vacuna de emergencia en pandemia se harán evaluaciones interinas y, por ejemplo, si a los seis meses se comprueba que la vacuna hace una diferencia entre vacunados y no vacunados en cuanto a protección, se sigue con el estudio, pero ya puede ser utilizada para avanzar a un registro de la vacuna para su uso”, explicó.
La convocatoria apuntará a enrolar mil voluntarios, todos mayores de 18 años, en un proceso que podría iniciar la próxima semana.
“30 profesionales de la salud serán capacitados para una correcta vacunación y seguimiento de casos durante los dos años que durará el estudio”, señaló O’Ryan. En ese lapso se harán envíos de datos a la firma belga para que gestione su aprobación de emergencia si alcanza prematuramente índices de eficacia, aunque el monitoreo seguirá.
El Hospital Exequiel González Cortés de San Miguel y en los Cesfam Colina y Esmeralda, de Colin se desarrollará el proceso; y Joan Alsina de San Bernardo. En todos se priorizaría ensayar en el personal de salud, aunque vecinos y trabajadores de una empresa de alimentos de la zona podrán ser incluidos.
172 países van a participar con la COVAX para obtener las vacunas
Un total de 172 economías se encuentran actualmente en conversaciones sobre una posible participación en el COVAX, una iniciativa mundial destinada a colaborar con los fabricantes de vacunas de modo que los países de todo el mundo tengan un acceso equitativo a vacunas seguras y eficaces una vez que estas hayan obtenido la licencia y autorización.
El COVAX cuenta en la actualidad con la mayor y más diversa cartera de vacunas contra la COVID-19 del mundo, que comprende nueve vacunas candidatas, con otras nueve en evaluación. Además, tiene conversaciones en curso con otros importantes productores.
El COVAX, el pilar de inmunización del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19, está codirigido por la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI), la Alianza para las Vacunas (Gavi) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con fabricantes de vacunas de países desarrollados y en desarrollo.
Es la única iniciativa mundial que trabaja con los gobiernos y los fabricantes para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 estén disponibles en todo el mundo tanto para los países de ingresos más altos como para los de menores ingresos.